Días de calor, trabajo intensivo y torpezas.
La torpeza de chocarse el codo con el marco de la puerta y derramar el agua,
de dejar caer cubitos al suelo al vaciar la cubetera,
de tipiar una eñe en lugar de un acento, y escribir cosas como anñalisis de teorñias ñeticas,
de golpearse con ganas el dedito del pie contra algún mueble,
de cortarse la yema del dedo en la cocina.
La maña infinita de haber terminado por fin de traducir este bendito libro.