Salgo de una noche de amor desamorado con esa canción que me da vueltas en la cabeza desde ayer. Camino un poco por la avenida. Consigo uno de esos taxis de puerta corrediza. Busco el diario en la esquina de casa, rito dominical innegociable. En el contestador suena la voz de mi sobrino, hombrecito predilecto si lo hay. La noche fue larga, espesa y agridulce, con voces exaltadas y sustancias que conjuran un éxtasis fugaz, con subidas y bajadas de montaña rusa. La noche se extendió hasta bien entrada la mañana. El día me recibió con el sol en el cenit. Voy a trabajar hasta que vuelva el sueño, o hasta que el lunes restablezca la ilusión del tiempo ordenado.
1 comentario:
Ojo con la montaña rusa: Si subís, llevá bolsita contenedora.
Saludos cuidadosos,
M. (de MeDaMiedoEsaMontaña)
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