martes, 2 de diciembre de 2008
Desazón
Mañana será otro día, dice la sabia tradición popular.
sábado, 29 de noviembre de 2008
El estado de las cosas
viernes, 21 de noviembre de 2008
Vos
A vos sí te sale, en cambio, porque el torrente sos vos. Yo soy la piedra calcinada: cobro vida en esa inmensidad de aguas feroces que desvían el cauce cotidiano para inundarlo de sentido. Soy la estatua de sal que se convierte en Sara por darse vuelta a mirar; soy la princesa aburrida que se convierte en sapo feliz para deleitarse con ese huracán de agua fresca en pleno verano.
Te miro y creo que sí, que te inventé, pero no. Vos ya estabas hecho. Yo nunca te habría inventado tan bien. Fijate si no lo que me pasa cuando intento apenas describirte: escribo algo que sólo entiende Magoya; te comparo con un torrente cuando sé muy bien que andás por ahí escupiendo fuego; te igualo a una luna llena justo a vos que sos el sol. No es mi culpa, querido. Así me dejás vos, cada tanto, hace más de mil quinientos días.
lunes, 3 de noviembre de 2008
Vade retro, linchadores
La mujer de la tele dice, como si tal cosa, la semana estuvo llena de hechos delictivos y los hechos delictivos seguramente seguirán ocurriendo en esta semana que comienza. ¿Es una sesión espiritista? No, es un noticiero. Yo buscaba algo en el cuarto donde la pereza dominical había dejado la tele prendida, y me quedo de una pieza ante el inusitado comentario. ¿Será que no hay noticias y entonces no queda sino frotar la bola del adivino alarmista?, te preguntás. Ah, qué ingenuo sos, Bulubú. El comentario era un prólogo, e inmediatamente después viene la noticia: Salen de la cárcel nosecuántos presos, dice la mujer, y agrega, con voz ominosa y autosuficiencia ciudadana: muchos de ellos reincidentes. Que los presos salen porque cumplieron su condena no parece tener la más mínima importancia. Si la noticia es una noticia de todos los días, ¿por qué no reemplazarla por presagios apocalípticos? ¿No es nuestro trabajo, acaso? ¿Por qué, de paso, no invocar subrepticiamente a aquel notorio ingeniero Santos, o al minilinchador que se aloja en casi todo ciudadano medio? ¿No es nuestro trabajo, acaso?
Lunes
El relativo silencio del atardecer en Belgrano y Defensa se interrumpe con el frenazo, la corrida y el grito: ¡Agarralo! Mi compra de cigarrillos también se interrumpe.
¡Agarralo, agarralo! El hombre ubicuo sigue gritando a intervalos regulares. La mujer del kiosco, excitada por la repentina y prometedora novedad, hace una contorsión de Nadia Comanecci a pesar de su obesa figura y en dos pasitos está en la calle. Un clima de qué pasó se abate como rocío plomizo sobre la esquina de barrio. Cuando llego junto a la mujer del kiosco y miro la avenida, veo figuras borrosas casi al final de la cuadra. ¿Un hombre corre a otro? ¿Son más? Vaya uno a saber. La mujer del kiosco ha de ver mejor que yo, porque en ese puñado de segundos ya sabe qué pasó... y ha tomado implacable posición sobre el asunto: Eso, eso, bien. Que lo caguen bien a palos por hijo de puta.
Lo dice con la mirada perdida en la escena, chorreando deleite, relumbrando satisfacción, alimentando una sonrisa a medias que parece plena del puro énfasis que reflejan los ojos. Le pregunto qué pasó. Y me dice: No sé (juro que la respuesta empezó por un no sé)... Un ladrón. Ahí están cagándolo a palos. ¿Violencia policial? No, ni siquiera. Varios súperman de a pie empuñando su mano propia. Una espectadora feliz entre otros posibles que los arengan en voz baja o a los gritos. Ánimo linchador, que le dicen.
Por si es necesario, aclaro que no me gustan los arrebatadores pero mucho menos los linchadores; que nadie ha visto a un arrebatador bajar de Marte; que creo profundamente en el garantismo; que me vería enredada en interminables polémicas si alguien me preguntara ¿a quiénes preferís llevar a una isla desierta, a una banda de arrebatadores o a una turba de potenciales linchadores?, y que no sé si optaría por los primeros pero sí sé que JAMÁS optaría por los segundos.
jueves, 30 de octubre de 2008
Perras negras
viernes, 24 de octubre de 2008
Se me ocurre
El héroe de la tragedia deja una herida abierta porque no puede relatar su experiencia completa: la relatamos los que quedamos atrás. Quien sobrevive a la experiencia trágica, si pudo con ella, necesita relatarla. Pero para hacerla soportable termina relatándola como comedia... esa palabrita tan inmerecidamente desprestigiada.
viernes, 17 de octubre de 2008
Postales un poco maniqueas
domingo, 14 de septiembre de 2008
Bellezas de la ironía saeriana
miércoles, 10 de septiembre de 2008
Se agradece
Ya lo dijo aquella tarotista, la torre no tiene por qué ser desgracia y en la montaña rusa somos todos iguales.
Por suerte además me quiero sin usted, porque, sepa caballero, yo también tengo la costumbre de andar besándome los pies y subiéndome a tarimas, podios, y también, de vez en cuando, a pedestales.
Pero cuánto más lindo es quererme con usted, como geisha en kimono, como reina de Java, como vieja en la cueva, como niña’e sus ojos.
Tante grazie por los buenos momentos, que son como oro en polvo, como pájaro en mano, como aguja en un pajar, como ojo de la cara.
Y ma fangulo por los malos ratos, que eso es lo que sobra –dicen las malas lenguas– si uno se desencajeta, se mete entre ceja y ceja, entre cales y arenas, entre espada y pared.
domingo, 7 de septiembre de 2008
Estupor
viernes, 22 de agosto de 2008
Otra traducción ¿libre? de Emily Dickinson
El poema de Emily tiene versos más largos y palabras más pesadas: un estilo de época, quizás, y que de todas formas adquiere mas pesadez si se lo pasa tal cual al español (obsérvese la seguidilla de palabras terminadas en ele que acabo de engendrar). En fin, con algunos cambios de ritmo y reducciones de extensión, lo que dice el poema, a mi modesto entender (obsérvese la seguidilla de comas), es lo siguiente:
1106
No sabemos cuándo;
la pérdida llega
y se instala, firme,
entre las certezas.
Carta, azar, amigo,
visos de firmeza,
solidez de espectro,
sustancia de arena.
Emily Dickinson
Tal cual, ¿no?
jueves, 17 de julio de 2008
El hombre resbaloso
A eso de las cuatro y veinte, el hombre resbaloso, el hombre-cobos, bifronte como Jano, tembló frente al micrófono. Su respiración se oyó en cientos de casas y en un par de plazas, amplificada por la avidez de una madrugada tortuosa.
No se animaba a decir la maldita palabra (y no la dijo: apenas la tradujo en un rodeo amedrentado) que muchos dicen lo instaló en la Historia. Y lo instaló en la Historia, sí, pero en la misma historia de siempre, sólo que con un poquito más de espectacularidad... prestada.
Sí, todo era prestado: la espectacularidad, el momento histórico, los 15 minutos de fama. Si el hombre hubiera tenido algo azul, su boda sáurica se habría imbuido también de buenos augurios. Porque algo nuevo tenía (reinstalaba lo viejo con una nueva estacada) y tenía mucho del usado, recalcitrantemente renovado, exultantemente viejo destino de estos parajes. (Ahora que lo pienso, seguramente el traje era azul. Claro, quién se iba a fijar en el traje. Si el hombre hubiera sido Cristina, alguien se habría fijado en la cartera.)
En otro lugar de la ciudad, unos gordos de atuendo caro y estudiadamente autóctono confundían himnos nacionales con mojigatos avemarías y defensa de la cuenta bancaria con heroísmo cívico. Los gordos se abrazaron como quien festeja el final de un campeonato reñido. Habían ganado por penales con la complacencia del arquero contrario. Habían ganado lo que nunca, por esas putas malsanidades de la historia, terminan de perder.
sábado, 7 de junio de 2008
De nuevo en la cuadrícula
domingo, 1 de junio de 2008
Pero no, ahí estaban nomás, bien intactos, bien sanos y bien salvos. Habrá que fumigar un poco mejor.
Furiosos por haber sido arreados a su celda después de la frenética escapada, se me debaten en un lugar recóndito del alma que parece quedar muy cerca de la pobre panza. Y ojalá este desasosiego se curara con Buscapina.
Todo lo demás anda bien, casi sobre ruedas, por suerte.
jueves, 24 de abril de 2008
Emily Dickinson (traducción levemente libre de tres poemas)
2
Hay otro cielo
claro y sereno
y hay otro sol
aunque allí sea crepúsculo;
no te inquietes si el bosque
se marchita, Austin;
si el campo está en silencio:
aquí hay una floresta
con hojas siempre verdes;
hay un jardín lozano;
nunca hubo escarcha en él;
en sus flores perennes
zumban las abejas;
te lo ruego, hermano,
entra en mi vergel.
E. Dickinson
249
¡Noches salvajes, salvajes!
Si aquí estuvieras,
el desenfreno sería
nuestra opulencia.
¡Ya no más brújulas, mapas!
Vanos los vientos.
Vanos para un corazón
que llegó a puerto
Por el edén va mi barca.
¡Ay, este mar!
¡Ay, si esta noche pudiera
en ti amarrar!
1251
La voz nos salva, nos rescata.
Sólo el silencio es pavoroso.
Porque el silencio es
infinitud: no tiene rostro.
E. Dickinson
domingo, 20 de abril de 2008
De cómo apañárselas con el caleidoscopio
Así las cosas, habrá que disfrutar de la maravilla arquitectónica del giro perpetuo y no detenerse tanto en la efímera contundencia de las combinaciones.
(Sólo válido para la vida cotidiana profana-profana. Se ruega no aplicar a cuestiones económico-sociales.)
Gotán de la despechá
Cuando caí en tu mundo intranquilo, inconexo,/ inasible, insufrible, invitante e incierto,/ me golpeé una y mil veces el alma malherida/ para después curarme en tu nidito artero.
Maldito en tus huidas, bendito en tus embates,/ me mantuviste en vilo como un insomnio insano./ Y me fui cuando vi que me brotaban miserias,/ y sapos y tristezas y enojos y gusanos.
miércoles, 2 de abril de 2008
Bajo la luna
sábado, 29 de marzo de 2008
Mal recuerdo
Yo no tenía alternativa. No era la primera vez que me metía en la boca del lobo, pero me juré que sería la útima. Faltaba una distancia infinita para llegar a la avenida. Y ésa era apenas la primera parte del trayecto.
(...)
Recuerdo aquellos días con una mueca triste que hace lo indecible por parecerse a una sonrisa. Yo cargaba con una honda soledad, precio que se paga por haber abandonado el paraíso.
viernes, 21 de marzo de 2008
viernes santo
Confesión
miércoles, 19 de marzo de 2008
Qué buen chiste el de la existencia
¿Qué hace uno con el sinsentido? Nunca voy a olvidar esa noche de 1982. Soñé con unos títeres siniestros que bailaban enfrente de mi casa, como colgados de una especie de ariete. Después agarraban el ariete, cruzaban la calle e intentaban derribar la puerta. Entonces me desperté y salí corriendo a prender la luz. Esa noche descubrí la finitud.
Poco antes, Ana C. había hecho uno de los mejores chistes que oí en mi vida. Estábamos en la facultad (por entonces en Marcelo T.), mirando la escalera por donde subía y bajaba un montón de gente. De repente, un tipo que subía se quedó parado entre dos peldaños, como congelado, con la mano apoyada en el pasamanos y la mirada perdida. "¿Qué le pasó? –dijo Ana C.– ¿Descubrió el sentido de la vida?"
Claro, había que estar ahí para apreciarlo en toda su genialidad. Así contados, los chistes tampoco tienen mucho sentido.
lunes, 17 de marzo de 2008
Insoportable pesadez de la geometría
viernes, 14 de marzo de 2008
Ex-cursus deliberadamente vago e inconexo
Algún ex siempre viene de visita para tirar alegremente la casa por la ventana (buena noche la de anoche).
Algún ex siempre se cruza una por la calle en esta ciudad-pañuelo para traer a la memoria la buena siembra del pasado (a veces la mala; no fue éste el caso).
Aquel célebre amor después del amor –que a su creador e inspiradora no parece haberles funcionado muy bien que digamos– se está convirtiendo últimamente en mi más exquisita especialidad.
Así viene esta semana, que empezó con un baldazo de agua fría en la algo más profana materia del trabajo: una de cal y varias de arena, o viceversa, nunca supe bien cuál es cuál en ese bendito dicho.
jueves, 13 de marzo de 2008
La noche
martes, 11 de marzo de 2008
Más allá
Y nos quedamos tiesos en ese recinto frío. Varios de los plateados parecían dormir. Los otros tenían la mirada perdida en algún arrecife imaginario. Estaban duros y fríos, y brillaban bajo el resplandor opaco que atravesaba a duras penas una especie de vidrio. Recordé ese último instante: me había lanzado feliz sobre algo que creí comida, y después vino el tajo, el dolor ciego, el sofocón, los sacudones y la oscuridad.
Hoy en la calle Bolívar
viernes, 7 de marzo de 2008
Era eso
lunes, 3 de marzo de 2008
Love sucks?
viernes, 29 de febrero de 2008
Paraíso
domingo, 24 de febrero de 2008
Domingo porteño
sábado, 23 de febrero de 2008
Segunda soltería
lunes, 18 de febrero de 2008
Berlín según Kracauer
martes, 12 de febrero de 2008
De xenofobia, sabores y dietas
Pero hoy al mediodía también me sumergí, como suelo hacer de vez en cuando, en otra experiencia relacionada –en este caso, sin discusión– con mis queridos compañeros de continente. Y quisiera "acusarlos" de una característica que sí es atribuible al terruño nativo: la gastronomía. Sí, la comida que sirven en los restaurantes peruanos de mi ciudad es absolutamente deliciosa. ¿Me dirá alguien alguna vez cuál es el condimento excelso que le ponen al seco de frijoles? O bien, ¿cómo logran ese amarillo irresistible del ají de gallina? ¿Y el sabor afrodisíaco del cebiche? ¿Y la fuerza volcánica de la sustancia?
Los hipotéticos (y en su mayoría inexistentes) lectores de este blog, después de tanto comentario gastronómico –y en muchos casos etílico– jamás adivinarían que estoy a dieta casi rigurosa. Y que la dieta, sin obligarme a renunciar a todos los placeres, está dando resultados asombrosos, con lo cual puedo desmentir otra leyenda virtualmente indiscutida: que poco después de los cuarenta, una mujer difícilmente logre adelgazar.
¿El secreto? Carne argentina magra (un poco menos de morcilla en los asados), frutas y verduras bolivianas, semillas de lino de cualquier origen, mucho más delivery chino que italiano, mucha más agua que vino argentino o chileno (el vino es innegociable), algún escape peruano para compensar, algo de ejercicio (incluido el amoroso, con gente de cualquier nacionalidad)... y tener la suerte de poder pagarse la comida y la bebida en esta selva que nada perdona.
domingo, 10 de febrero de 2008
Inutilísima
- Borrar el historial. Hay sitios que no deberían visitarse por largo tiempo.
- Hermosearse. Hermosearse hasta que la molestia haya perdido el último miligramo de sentido.
- Andar por la ciudad. La ciudad cada tanto desempolva la galera.
- Cuidar la reserva de fantasías. Nunca sobran.
- Sólo suspender el asado si se avecina (irremediablemente) el segundo diluvio universal.
viernes, 8 de febrero de 2008
Momentos olvidados
Cena china
martes, 5 de febrero de 2008
A Leo
sábado, 2 de febrero de 2008
Homenaje
viernes, 1 de febrero de 2008
Lava
Cuando llegamos a la quinta también a mí me alcanzó la lava. A la casa parecían haberle caído encima, de una vez y para siempre, sus ciento cincuenta años. Los nuevos dueños le habían sacado la parra, uva dulce en la pata larga de la ele, uva chinche en la pata corta. Le habían sacado todos los árboles y los arbustos y las plantas, y en el medio del parque de pasto semiseco dormitaba, triste y rancia, la huella negra de una fogata reciente. Despojada de su collar de naranjos asomaba la pileta de cemento. Hace una eternidad era enorme, en esos años en que aprendí a nadar y a tirarme de cabeza.
Todo lo que quedaba era un fuerte de ladrillo de barro, ceniciento, vencido, apagado, rendido. Le dije adiós a la casa de mi abuela, la última casa de mi infancia. La van a dejar linda, dijeron.
miércoles, 30 de enero de 2008
Somos por lo menos dos
jueves, 24 de enero de 2008
Citas que recuerdo quién sabe por qué (o por razones obvias)
Una muchacha irrecordable llamada Gekrepten.
¡Llora, oh Diosa, la cólera del pelida Aquiles!
La verdad se abrió paso hacia mí como un nadador exhausto.
De los campos el aliento como sahumerio venía.
Hace tiempo que tengo una gran duda/hay una vaca que jamás saluda (etc.)
¿Encontraría a la maga?
Si Boca gana será campeón. Si no, no. (O algo así.)
¡Caminás, Martín! ¡Caminás!
Deja de hacer el conejo y ten quieto el hociquito.
Las chicas del secundario bajaban por las escaleras gritando: ¡Queremos ir a Trelew!
La Campagnola se come sola.
(continuará)
P.D.: La rima del hociquito sigue, y cuando la leí, de chiquita, sonó como un horroroso jeroglífico a mis oídos argentinos (aunque el sentido se entendía):
Creen que estamos en el bote/ y siguen dándose pisto,/ pero no hay ninguno listo:/ son tontos de capirote.
(mein Gott!!!)
sábado, 19 de enero de 2008
Ya no penen, lares
jueves, 17 de enero de 2008
Hoy al mediodía
martes, 15 de enero de 2008
Accidentes epifánicos
Dejar de soportar a algún vampiro que ande chupándonos la sangre. Dejar de tolerar las sandeces que dice o hace alguien que por algún motivo indescifrable nos había revolucionado las hormonas. Reírse finalmente con descaro de esa miss o ese mister Perfection que siempre sale con algún preudopsicologismo individualista. Sentar definitivamente en su trono a esos amigos y amantes imprescindibles cuya presencia cotidiana borronea la maravilla de haberlos encontrado. Sí, y ponerse cursi si es necesario. Acordarse una vez más de besar la tierra donde existen los hospitales públicos y gratuitos. Dejar de imaginar que se sufre por amor, cuando en realidad se sufre por heridas al amor propio. Cambiar la dirección del amor propio. Amarse con fiereza de vacuna antitetánica. Cuidarse con regularidad de antibiótico. Lavarse la sangre de las sandalias. Guardar la sangre para transfusiones, y no dejar nada para los vampiros.
sábado, 12 de enero de 2008
Lo que se oye esta mañana
Querido interlocutor ausente
Pero un día llegó el doctorrrr, manejando un cuatrimotorrr, y ¿saben lo que pasó? ¿Saben lo que pasó? Todas las brujerías del brujito de Bulubú se curaron con la vacú, con la vacuna de la luna lu.
Sí, también era inconcebible decir cosas como "salgo muy mal en las fotos de celulares". Chino básico.
Y mejor que me saque de encima esta nostalgia barata de vino rosado y amigos que se fueron temprano. Nada de esto me inquietaría ni remotamente si no estuviera penando por banalidades amorosas.
Y ¿saben lo que pasó? ¿Saben lo que pasó? Noooooooooooo.
viernes, 11 de enero de 2008
Horóscopo para hoy
Trabajo: Diosa, como siempre.
Consejo: Sacate de adentro esa mufa venenosa con un poco de Talking Heads.