sábado, 7 de junio de 2008

De nuevo en la cuadrícula

Perú me escupió de nuevo en la cuadrícula después de una corta y expeditiva caminata por la bacanal de diagonales que a esta altura ya atravieso de taquito. Pensaba en la seriedad de mi decisión: hacerte a un lado, dejarte en el camino, en el camino junto al cual, según el papá de Julia, nunca hay que entregarse, nunca "no puedo más y aquí me quedo". Como avisándome que las cosas no estaban tan mal y que a largo plazo la cosecha era buena, habían aparecido, en distintos días de la semana y en diversos tipos de materilización (voz telefónica, presencia, mensaje), X., X. y X., en un orden que no necesariamente se condice con esta secuencia. Y esa salida de las diagonales a la cuadrícula se erigía ahora en una especie de símbolo bastante obvio, casi rayano en la didáctica. A veces es mucho mejor saber que en la esquina va a aparecer una calle perpendicular. Por un tiempo, nomás, hasta que sanen las heridas.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias, Lola, por el caleidoscopio, la despechá y ese 1ero de junio con tanto demonio suelto.

A veces es mucho mejor saber que en un click va a aparecer bulubú.
Un beso!

Lola dijo...

Gracias! Espero el próximo en irnos lejos. Por tus lindezas anteriores, veo que andás por el barrio...

Anónimo dijo...

Un blog de lo más aburrido..........

Lola dijo...

Qué pena, che. Tendrás que ir a divertirte a otra parte... ¿Qué tal una salidita por el mundo real?