domingo, 20 de abril de 2008

De cómo apañárselas con el caleidoscopio

Gira incansablemente el caleidoscopio. Las piezas se confunden y forman imágenes de inconmensurable belleza, horror inaudito, suspenso implacable, soso aletargamiento o extrema comicidad. Una pieza azul se superpone a una pieza amarilla, y en el instante de verde fugaz se vislumbra una pradera bucólica, que después se transforma en furiosa tormenta cuando se desliza imperceptiblemente por detrás una súbita pieza violeta.
Así las cosas, habrá que disfrutar de la maravilla arquitectónica del giro perpetuo y no detenerse tanto en la efímera contundencia de las combinaciones.
(Sólo válido para la vida cotidiana profana-profana. Se ruega no aplicar a cuestiones económico-sociales.)

1 comentario:

morgana dijo...

Claro, a mí se me cruza la mente matemática y a veces, sólo veo fractales.
Así la vida...
Saludos,
M (de MódicamenteMatemática)