jueves, 30 de octubre de 2008

Perras negras


Ay, querido mío. Esa tu voz insomne que me presenta enigmas de madrugada. Esa tu voz de fuego que descubre el fuego por segunda vez en la historia de la humanidad. Esa voz irrespetuosa que desafía la puntería infalible del rayo. Esa voz que pone en ridículo el tan mentado "hechos, no palabras". Esa voz que me sorprende gritando: "mi reino por las palabras". Como diría J. C., "las palabras, Horacio, las palabras: esas perras negras". Las palabras que me muerden el alma, por poner en palabras lo indecible. Ay, querido mío. Gracias por tus palabras.

8 comentarios:

Arcángel Mirón dijo...

Yo no sé de qué viviríamos si no tuviéramos las palabras.

Idea dijo...

Lola, con palabras construimos pequeños o grandes universos, maravillosos y precisos como éste. Sin ellas no somos porque no podríamos pensarnos.
Un beso

Lola dijo...

Sí, arcángel, yo tampoco sé. Un gusto verte por acá.

idea: Qué alegría tu visita, constructora de universos! Bienvenida.

morgana dijo...

Las palabras tienen doble filo. Y no sé si siempre son necesarias, te lo digo yo que soy dadora y receptora de silencios y palabras en igual proporción (me va mejor con los primeros).
Pero cuando las palabras dejan en ridículo el "hechos, no palabras"... bienvenidas sean!!

De quién se tratará esa voz?

Saludos,
M. (de MeSalióLaChusma)

Lola dijo...

Sí, cocinera. Y a veces los silencios también son atronadores y filosos. Pero las palabras, Morgana, las palabras. Y qué chusma es usted! ;-))

Hank dijo...

No sé qué sería de la sociedad sin las palabras, pero vivir particularmente, bien podríamos hacerlo sin ellas. Con las palabras no se construye, se traduce lo construido, se simboliza lo intangible, se codifica y se comunica.

Pero ah, qué tramposas y engañosas, qué cortas, qué dadas a retorcidas interpretaciones, que difícil usarlas para expresar ciertas experiencias, qué limitadas tantas veces.

Sin embargo la voz es otra cosa. Esas perras negras son otra cosa en ciertas voces y casi dejan de ser palabras para ser otra cosa. No sé qué cosa.

Sergio De Piero dijo...

Uhh las palabras. Tengo un problema serio con la relación tiempo - espacio y palabras: las adecuadas solo consigo encotnralras varios días despué sy en un pinto muy lejano de aquel en el que las necesitaba. Igual las digo, aunque las oiga solo yo.

Lola dijo...

Hank: Quizá por esa misma dificultad, cuando se encuentra la rendija justa por donde pasan esas temibles perras -raros momentos-, y entonces las palabras significan lo justo, y encima lo significan con inefable belleza (valga la paradoja)... ay, ay, ay... Y si para colmo de bienes vienen de ciertas voces, ay, ay, ay, ay!!

Avallay: Quien no se ha visto en esa! Y peor todavía si las encontrás, no dos días después, sino cinco minutos, cuando el momento pasó (pero pasó reciencito) y ya no hay tu tía...