viernes, 24 de octubre de 2008

Se me ocurre

Los vaivenes, los sacudones, las bien llamadas situaciones-límite, los peligros, las visitas imprevistas al umbral de la muerte, todas esas circunstancias que se arrancan a lo más real de la existencia para construir con ellas la ficción: son las cosas que no se desean para los hijos, pero también,paradójicamente, son el material de las epifanías.

El héroe de la tragedia deja una herida abierta porque no puede relatar su experiencia completa: la relatamos los que quedamos atrás. Quien sobrevive a la experiencia trágica, si pudo con ella, necesita relatarla. Pero para hacerla soportable termina relatándola como comedia... esa palabrita tan inmerecidamente desprestigiada.

7 comentarios:

Arcángel Mirón dijo...

Dicen que la historia la cuentan los vencedores. Yo no lo sé. No sé si siempre es así. Por eso me gusta escuchar todas las versiones, porque atrás de la historia hay siempre más historia.

Hank dijo...

Se condensan los conceptos en dos párrafos. Las situaciones límite son el material de las epifanías, pero son las experiencias que no se desean a los hijos. Quizás uno puede tolerar, y hasta gozar, sus propias visitas a los umbrales de la muerte, pero nunca lo deseará para uno de sus hijos: es como si estuviéramos por encima de ellos, ¿verdad?: nosotros podemos, ellos quizás no (tan protectores). Y si acaso, bueno, pues que tengan sus epifanías, pero por su lado, y es posible que sea mejor que no nos las cuenten y nos acojonen de pavor. Es una opción válida, ¿no?
Muchas dudas…

La tragedia quizás no debería necesitar ser relatarla como comedia, pero sólo para unos pocos es comprensible de esta forma. La es más aceptable (es como un ejemplo o una metáfora) y está al alcance de una gran mayoría, a pesar de que desvirtúe la esencia de los sucesos y de las vidas… Pero quizás no de los seres: esa es la carta de valor de la comedia, su as de corazones.
Nunca sabremos cuál es la mejor jugada, la que acabe con las dudas para labrar el mejor futuro.

Lola dijo...

Sí, arcángel, hay una historia que suelen contar los vencedores, o al menos ellos tienen acceso privilegiado a los medios más eficaces de difusión (léase medios de comunicación, textos escolares, etc.). Yo acá me refería a experiencias un poco más personales, si es que uno puede separarlas de la realidad sociopolítica, y a una forma más íntima y personal del contar: lo que se cuenta de persona a persona. De todos modos te agradezco mucho el comentario, porque siempre es bueno enterarse de las lecturas posibles que puede tener un texto, sobre todo si sale de un impulso tipo "se me ocurre". No había previsto la lectura que hiciste: cuando quise contar esto, basado en experiencias bastante íntimas, no pensé en la Historia que suele polarizarse en vencedores y vencidos, y sin embargo, si uno imagina la experiencia límite del hambre y la tortura (digo imagina porque es lo máximo que puede hacerse con experiencias que se saben terribles pero que no se tuvieron), la relación es más que obvia. Bienvenida tu observación!

Lola dijo...

Hank: ¡Qué alegría que hayas aceptado mi invitación! Supongo que sí, que la opción más válida es que los hijos (o sobrinos, etc.) vivan, como decía un "póster" de moda en mi adolescencia "como hijos e hijas de la vida, deseosa de sí misma". Vaya uno a saber. A mí siempre me llamó la atención esa discordancia entre epifanía y deseo. Entre lo que uno sabe que soporta, e incluso reconoce como aprendizaje, y sin embargo no soporta que les ocurra a sus seres queridos porque quiere para ellos lo mejor. Me gusta lo que decís de la comedia como jugador con un as de corazones. Espero verte alguna otra vez por aquí!

Jordim dijo...

La comedia nos va a salvar la vida a todos alguna vez..

morgana dijo...

Esto me hizo pensar en mis advertencias:
Es muy difícil no querer interferir, en no querer evitar los sufrimientos (intentos absolutamente infructuosos, como te podrás imaginar)de seres que uno quiere ante una situación que uno ya conoce como dolorosa. Pero me ha pasado que ante lo inevitable, esos otros a los que custodiamos y cuidamos, resuelven magníficamente (e incluso mejor que una) lo que vos llamás situación límite. Resolver quiere decir en este caso que la toleran, la aceptan y la manejan mejor sin nuestras advertencias.
Beso grande,
M. (de MeHicistePensar)

Lola dijo...

Jordim: Sí, la comedia nos va a salvar, y nos viene salvando hace rato, creo yo. Todo empieza a cobrar una luz inesperadamente fructífera cuando nos tomamos un poco menos en serio como sujetos (aclaro una vez más: siempre que sea en el sentido menos universal humanamente posible). Gracias por tu comentario.

Morgana: pocas opiniones serán más válidas que la suya cuando de lo maternal se habla. Pavada de epifanía debe de ser esa de descubrir que esos seres "pequeños" e "indefensos" resuelven las situaciones límite mejor que una. Muchos cariños salmuzados.