sábado, 12 de enero de 2008

Querido interlocutor ausente

Estas cosas eran impensables en la década de 1980 (cuando ir al poste restante de ciudades ignotas era una experiencia suprema). Sí, era inconcebible escribir para el mundo y que nadie, ni siquiera un viajero circunstancial, acariciara casualmente con sus ojos los trazos de tu texto.

Pero un día llegó el doctorrrr, manejando un cuatrimotorrr, y ¿saben lo que pasó? ¿Saben lo que pasó? Todas las brujerías del brujito de Bulubú se curaron con la vacú, con la vacuna de la luna lu.

Sí, también era inconcebible decir cosas como "salgo muy mal en las fotos de celulares". Chino básico.

Y mejor que me saque de encima esta nostalgia barata de vino rosado y amigos que se fueron temprano. Nada de esto me inquietaría ni remotamente si no estuviera penando por banalidades amorosas.

Y ¿saben lo que pasó? ¿Saben lo que pasó? Noooooooooooo.

1 comentario:

morgana dijo...

Y tampoco se podría concebir que alguien teclee en un celu y te envíe "tqm", como máxima expresión de amor.
Ah, bendita posmodernidad...
Pero de todos modos, como dice el flaco, yo no puedo decir que todo tiempo por pasado fue mejor.
Saludos futuros,
M. (de MañanaEsMejor)