domingo, 10 de febrero de 2008

Inutilísima

Consejos para evitar sufrimientos de morondanga:
  • Borrar el historial. Hay sitios que no deberían visitarse por largo tiempo.
  • Hermosearse. Hermosearse hasta que la molestia haya perdido el último miligramo de sentido.
  • Andar por la ciudad. La ciudad cada tanto desempolva la galera.
  • Cuidar la reserva de fantasías. Nunca sobran.
  • Sólo suspender el asado si se avecina (irremediablemente) el segundo diluvio universal.

1 comentario:

morgana dijo...

Yo llevo suspendido el asado hace más de 18 años, creés que por eso no ando espléndida?
Beso dudoso,
M. (de MepaséDeRoscaConLaDietaDeAsado?)