
La hora del último sol como preludio de la noche. La noche como despertar. Dejar que la noche fluya delatando su transcurso con indicios metódicos y rutinarios que vienen de la calle. A eso de las cuatro llegará el olor de las medialunas a medio hacer. Entre las cuatro y las siete se irá incrementando paulatinamente el ruido lejano de los camiones. Antes habrá llegado el sueño o el canto de algún pájaro.
1 comentario:
Pensar que mis noches no tiran perfumes de medialunas... mejor, porque no podría sostener una dieta ni por dos días.
Saludos de panadería,
M. (de MatoXunaMedialuna)
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